Hace siete meses marché de casa. Hace siete meses que te estoy echando de menos.
Sabíamos que algún día esto pasaría, pero aún así, has llorado, te cuesta creer que la más pequeña ya no está en casa.
Yo también lloro, aunque a veces parezca que no le doy importancia a las cosas, aunque me presente con una sonrisa cada vez que voy a verte... sin embargo, cuando salgo por la puerta, se me encoje el estómago, y entonces tengo la necesidad de llamar al timbre y darte un fuerte abrazo, pero no lo hago.
Y es que te estoy echando tanto de menos mamá.
Siempre estás ahí, para lo bueno, para lo malo. Sabes que cuando no puedo dormir es porque me preocupa algo, sé que a ti también te pasa lo mismo.
Desde el día en que nací te he hecho mucho sufrir, sé que no es culpa mía pero lo siento.
Gracias por todo lo que has hecho por tus hijos y nietos, por darnos tan buenos consejos, por no separarte de nuestro lado cuando hemos estado enfermos, sobre todo de mi lado que cuando no tenía una cosa tenía otra... y tú siempre sufriendo para que todo nos vaya bien.
Me da pena mamá, que no hayas disfrutado de la vida como te hubiera gustado, que no estudiaras con lo inteligente que eres, pues muy poca gente aprende a leer sola, leyendo algún libro de Federico García Lorca, de esos que de vez en cuando te dejaban que cogieras de aquella biblioteca que más de una vez me cuentas, que era tan grande, con infinidad de libros, no recuerdo bien si la persona que te los dejaba era tía o hermana de Lorca. Y tantas anécdotas que te han pasado en aquella famosa casa...
Y te ha encantado el arte, Venecia, a la que ansías conocer, ...
Eres pura humildad, buena, cariñosa, amable... granaina...
Hay mamá si pudiera cambiar tantas cosas para que la vida te hubiera sido más sencilla.
Sólo puedo decirte mamá, que estoy orgullosa de ti, de ser tu hija, porque me has enseñado tanto...esas cosas que no se aprenden en la escuela, se aprenden en un hogar.
TE QUIERO.