Se me acabaron las vacaciones.
Hoy he vuelto a la escuela infantil. Cuando he entrado a mi clase y he visto a mis niños correr hacia mí y darme tantos besos se me ha encogido el corazón. Muchos niños que he tenido durante el curso, ya no estaban, no me he podido despedir de ellos porque se van de vacas y ya no vuelven, el nuevo curso lo comenzarán en el cole de mayores como les digo yo cada vez que les hablo de que van a ir a un nuevo cole donde no estará Jessi pero que tendrán otra seño que también les querrá mucho y unos nuevos amiguitos con los que jugarán y lo pasarán bien.
Por un lado me da pena porque no los volveré a ver, (aunque algunos pasan a visitarme ), pero por otro lado me alivia ya que en cada final de curso, en cada despedida, lo paso tan mal... lloro tanto como ellos cuando se dan un golpe, o fulanito de tal le ha quitado un juguete a menganito.
Y es que paso tanto tiempo con ellos... y los llegas a querer tanto...
Los papás se unen contigo a llorar, también les da mucha pena porque confían en ti y han visto cómo has tratado a sus hijos, te dejan lo más valioso que tienen por lo tanto les das lo mejor de ti.
Marcos no ha parado de tararear todo el día mi nombre y un: " ha venido Jessi!", Nacho me daba unos besos... y unos abrazos..., Belén no me soltaba la pierna, Daniel no dejaba de hacer "tonterías" llamando mi atención, Sergio, Paula,Laura... alucinaban con mi presencia y no me quitaban ojo.
Les queda poco curso, me aprovecharé de ellos para mimarlos un poco y disfrutar de esos besazos que me vuelven loca, que si pudiera me los comería.
Tengo suerte, muchísima, porque trabajo en una profesión que me llena, me satisface y aprendo tanto de ellos...
Porque no hay nada tan puro como el corazón de un niño.
