Recuerdo como si fuera ayer lo que sucedió en Ermua.
No faltaba ni un mes para que MIGUEL ÁNGEL BLANCO cumpliera los 29 años y sin embargo esos mal nacidos que se hacen llamar ETA le arrebataron la vida sin piedad alguna.
Dos días duró aquel calvario, para su familia, para España, pero sobre todo para él.
Tengo que decir y me avergüenzo de ello que confié en ETA por que mantuve la FE y la ESPERANZA de que lo iban a dejar vivir, encima parece que hay que pedirle permiso a estos sin vergüenzas que no tienen ningún tipo de derecho a quitarle la vida a nadie.
Se me cayeron las lágrimas, como a todos los españoles, cuando dieron la fatal noticia. Me quedé sin sentido, anulada, no podía creer lo que estaba escuchando: Han matado a Miguel.
Cuánta impotencia por que sientes que son más fuertes que tú y casi siempre ganan sus batallas...
Son muchas ya las víctimas de terrorismo, por eso desde aquí me uno a esas familias, les doy mi apoyo moral, no les olvidamos.
Debemos acabar con esto, BASTA YA.
Levantad bien las manos,
que todos las podamos ver,
que ellos, también vean,
que están limpias,
sin manchas de sangre en nuestra piel.
Alzarlas, alzarlas bien,
que toquen el cielo si hace falta
o una estrella de papel.
Aquella noche de julio,
exactamente el día diez,
robaron la vida a un inocente,
con dos tiros en la sien.
Que duro resulta escribir semejante hecho,
que difícil es leerlo también,
no he logrado todavía comprender,
por qué mataron a Miguel.
¿por qué se quieren ensuciar las manos?
¿por qué no las enseñan y aprenden a querer?
No más bombas,
no más muertes,
dejad vivir en paz a nuestras gentes.
Alzaremos las manos siempre.
Todos juntos.
Lucharemos hasta la muerte.
